08 febrero 2013

Preestrenos: Mamá



 Dicen que Guillermo del Toro es un gran devorador de cortometrajes, siempre a la busca de historias interesantes y de jóvenes realizadores que estén dando sus primeros pasos con pequeños proyectos personales. Cualquiera que vea el corto de mismo título que Andrés Muschietti rodó en 2008 (que puedes ver tras el salto de página) se quedará impactado por la tensión y el mal rollo que provocan las imágenes de sus apenas tres minutos de duración. En buena parte por el propio estilo visual del director pero sobre todo por la presencia de un Javier Botet que con su peculiar físico y sus extraños movimientos consigue transmitir todo tipo de sensaciones negativas. Cuando uno de los que ve este corto es el propio Guillermo, ve su potencial que además encaja perfectamente con ese universo tan suyo de mundos reales con tonos fantásticos y presencias fantasmales, y decide apadrinarte como ya apostara antes por directores noveles como Bayona y El orfanato o Troy Nixey y No tengas miedo a la oscuridad, son garantías de que va a salir algo que por lo menos merezca ser visionado.




 Y es cierto que virtudes tiene unas cuantas. En un género tan trillado y tan ‘limitado’ como es el terror, encontrar una idea con su punto de originalidad es difícil de encontrar a estas alturas. Quizás por eso, el argumento del hallazgo de dos pequeñas niñas desaparecidas durante cinco años de las que se intuye que algún tipo de extraña presencia ha estado cuidando de ellas, da para unas cuantas hogueras de acampada sin que nadie tenga narices de volver luego solo a su tienda de campaña. Muschietti, llegado desde el mundo de la publicidad, se las apaña bastante bien, siendo un debutante, para dar forma a ese concepto que en origen duraba tres minutos y que consigue desarrollar hasta un largometraje bien medido, con una buena presentación de personajes y una acertada forma de colocar todas las piezas en tablero cobrando todo cierto sentido, siempre sin perder la esencia siniestra y bizarra que ya mostraba en el cortometraje original.

Por eso quizás da más rabia que pierda magia en los detalles. Teniendo todo a favor se enreda en tecnicismos y situaciones facilonas que no hacen ningún favor al conjunto de la película. El trabajo de Botet (en el recuerdo la siniestra niña Medeiros de la saga [REC]) y su maquillaje tan macabro funciona casi a la perfección mientras se muestra en pequeñas dosis pero cuando los efectos digitales aparecen en todo su esplendor, tira por la borda parte del realismo que pretendía mostrar. El guión además se mete en más charcos de los debidos. Cuesta creer que a los guionistas no se les ocurriera un motivo más natural para situar a la familia protagonista en la casa de los hechos o el contenido del paquete olvidado en aquel almacén que carece de toda lógica aunque se trate de ficción fantástica. En cualquier caso, quedando el conjunto como algo desdibujado, para pasar un mal rato y recibir lo que uno espera de una cinta de terror, cumple y se mantiene por encima de la media habitual.

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